miércoles, 18 de febrero de 2009

Se fue, pero sigue aqui...

Un dia debia de contar una historia, que nos hiciera de reir juntos, la del cura aquel, el incontestable, el paciente, el insufrible, el masticable.
Algiuien más amigo que sacerdote, que no me hacía comulgar con las ruedas del carro del cristo de las injurias, a pesar de ser autor de muchas y vecino de otras tantas.
Nunca me acerqué tanto a la iglesia como con él. Siendo objetivo, preferia buscar a Dios a mi manera, no contando con aquellos que predican desde el altar de la abundancia y la vida sosegada, pero él, del que es dificil no llenar una agenda con adjetivos oportunos, me empujaba sobrepticiamente y con descaro hacia la iglesia.
Su soledad era solo suya y la mantenía heroícamente escondida tras una sonrrisa inteligente que rompia los defectos humanos que conyevaba su existencia.
Cura Hippye, asi lo llamaba mi hermano y yo asentia por estar todo de acuerdo con ese adjetivo. Cura Cabron, pensaba para mis adentros, porque me hacía ocultar mis dudas sobre el mal, porque con sus actos esa mala fortuna no tenía exito en mi vida.
Solo puedo pensar de él, que su vida me ha dejado un recado para legar a mis hijos, una historia de amor personal que le mantenía en lucha contra la injusticia ocasional de la miseria, de la mala suerte, de lo injusto, del desprecio, de la falta de oportunidades y de la vida por encima de la muerte.
No soy mas creyente que el que vive, pero si Dios anda por algun rincón, espero que le haya echo un hueco para cercenar la mala suerte de su partida, gozando, ahora, con su compañía.
Creo que es de merito propio, para nuestro consuelo, que su Dios, nos conceda el deseo de pensar que allá donde esté, descanse, mirandonos con la sonrrisa que nos sedujo de niños y nos enamoro de por vida , dando sentido a nuestra existencia.
Edu ya vives en nosotros...

domingo, 9 de septiembre de 2007

La Batalla del Salado


Esta es una historia que sitúa a cuatro personas de cuatro lugares diferentes que coinciden solo y por una tarde, después de un día de mucho esfuerzo en un local de comidas para recibir un ágape que remonte el hambre y suelte las conciencias...
No es mas que un instante pequeño, una duna en el desierto que vivida parece mas costosa que una larga vida.
En espíritu esta experiencia es un viaje al final de la conciencia pintada de prudentes toques humorísticos, a caballo con la humillación de sentirse tonto, hasta el culo.

Casio quedo con una agencia para hacer aventura, una aventura secreta, así es como aparecía el anuncio de una empresa americana afincada en España especialista en extraños eventos, relacionados con el tiempo libre: "Aventura, secreto, ¿tienes valor?. "Mañana a las 8´00 h."
El precio de ir a esto, no era otro que ir solo, sin compañía amiga.
Así que, solo y sin conocer nada mas que la información de la organización, sin poder esperar a que las fechas coincidieran con algún descanso, hablo con su jefe para pedirle vacaciones y con el mismo estrés con el que trabajaba cogió el tren poniendo rumbo hacia una dirección indicada en los resguardos del folleto, "puert de juniet -Lovelay-. Un día antes de lo acordado...

En Estroglom, Charyley, Junia, una afamada abogado de un gabinete importante de Charley , conocida como la leona, tambien habia optado por darse un descanso de fin de semana lejos de compañías continuadas.
Su objetivo, cambiar el chip, sin obligaciones, sin caras largas, sin conciencia. Y por este motivo, buceando por los entresijos de Internet, encontró por casualidad una página con enormes letras en las que ponía "Aventura, secreto, ¿tienes valor?".
Le llamo tanto la atención que puso un meil, interesándose por ello. Y recibió una concisa e intrigante respuesta en su correo: Junia, dentro de dos dias, "a las 8´00 h. en puert del juniet -Lovelay-", te esperamos.
Se quedó mirando el correo al menos durante quince minutos y su mente genero una leve respuesta, ¿porque no?...

Tronin no era mas que in informático compositor de paginas Web en una compañía americana afincada en Madrid.
Se pasaba todo el día frente a una pantalla, colocando baners y sugerencias a paginas terminadas que no daban impresión de ir bien.
Su trabajo aunque descansado le comía la vida por momentos no dejandole huir hacia adelante en busca de sensaciones inesperadas.
Tras cigarro y cigarro, en un descanso habitual entró accidentalmente en la pagina y curiosamente le llamo la atención el sistema utilizado para envolver los mensajes, sobres que al paso del puntero se abrían enseñando su contenido... : "Aventura, secreto, ¿tienes valor?". Otro sobre : "puert de juniet, -Lovelay-", otro sobre :" a las 8'00, dentro de tres días"
Le llamaba la atención tanto que se apuntó, solo por hacer girar toda la página y ver su terminación, dejando al azar, la forma mas simple de colarse en una aventura.

Y por ultimo Chanot. Un hombre, separado, que tenia costumbre, por las tardes, de chatear con el colectivo de gente en sus mismas circunstancias y en un error de dirección salto sobre el enlace, en el que la unica manera de regresar a Google, era expresamente, contestando a dos preguntas trampa.
1ª.- ¿Eres hombre o mujer?
2ª.- Te gusta la vida que llevas?
La respuesta le llevó directamente a una pantalla en donde se leía tácitamente: la rueda de la fortuna te concedió el premio de participar de forma totalmente gratuita, incluido viajes, en: "Aventura, secreto, ¿tienes valor?" pero sin hacer preguntas ni conseguir respuestas. Solo has de presentarte en esta dirección: puert de juniet -Lovelay- a las 8¨00 h dentro de cuatro días.

Aventura, secreto. Un inicio a algo totalmente exclusivo y desconocido. Cuatro personajes y ...
Hasta donde concede el azar la suerte si, esta, no aparece en la demanda del riesgo...

Segunda parte "Aventura, secreto".(en construcción)





miércoles, 18 de julio de 2007

Don Digo

Juan era un habitante de MuñoGalindo. Un pequeño pero populoso pueblo de la zona de Avila cercana a la pequeña sierra del toro en cuyas crestas antaño cabalgaron, eso dicen, los bandoleros españoles de mas fama y fortuna.
Pero es mas importante destacar que a Don Juan se le conocía como Don Digo desde la guerra civil y la entrada de las tropas de Franco por el pueblo. Un lugar en el que por aquel entonces ondeaba en el balcón del Ayuntamiento la bandera tricolor de la república.
Claro, cuando esos soldados envalentonados por las victorias, se pararon en el centro de la plaza del pueblo, frente al Ayuntamiento, todo uniformados, todo armados y dedicaron su primera mirada a la bandera ondeante, se produjo un misterioso silencio, entre un total de mas de mil quinientos soldados formados en batería de a cuatro que se rompió cuando en la puerta del ayuntamiento una voz de un cuerpo sentado en una silla castellana les dedicó una pregunta a las visitantes...
"¡A ver que se les ofrece!... ¿vienen ustedes de cacería?

Una carcajada común entre pequeños cuchicheos devolvió al preguntón el ruido que precede a una o varias respuestas...
Al parecer un militar, con gorra de plato y muchas estrellas, que debía de ser el que más mandaba, se acercó, junto con otros dos militares de gorra de plato, a Juan y casi atropellándose le comenzaron a gritar ¡Tú! comunista ¿no sabes quienes somos? Juan responde sin mirar pero apartándose de los tres militares llevándose su silla ..."¡Digo!.

El general al mando se aproxima a Juan y sin mirarlo le pregunta ¿Usted es imbécil?...Juan contesta apartándose del general ...¡Digo!.
El General se da la vuelta con el bigote encendido y se dirige a sus dos lugartenientes y en "petit comited" comenta algo señalando al balcon y la bandera.
Seguidamente vuelve a la carga y se acerca a Juan para volver a acosarlo con nuevas preguntas...

¡Eh, Usted! ¿No saben que la guerra la ganaron los nacionales?.
Juan se vuelve y comenta ¿que guerra?... aquí no sabemos nada...señor general. Nosotros no queremos saber mas que de caza y de campo de ahí que le pregunte si ustedes vienen a cazar porque yo soy el encargado de las licencias en los terrenos del coto.
El General, violentado le empuja y le grita. ¡Usted no me estará vacilando! ¿verdad? a lo que Juan desde su trono castellano le contesta mirandole por encima del hombro ¡Digo!..
El general moviendo el vigotre en tic se dirige a sus lugartenientes y sin mirarlos señala la bandera republicana y grita.
Suban y quiten esa bandera de perdedores...
Juan, mirandose los dedos de una mano, comenta ... va a ser que no.
¡Como!, le grita el general pistola ya en mano...
Mire señor general es imposible quitar esa bandera.
¡Esa bandera la quitan mis cojones!, contesta un general estirado, cara a la galería.
Juan al unisono comenta ¡Digo!
Y el mismo militar estirado le pregunta ... ¿donde esta el traidor que hace de alcalde?
Juan le dice: "si mete usted diez gallinas y un gallo en una habitación con una ventanilla. ¿dígame usted, señor general, quien saldrá primero?"

El general, nervioso, contesta mirando a sus dos tenientes... ¡y a mi que me importa!
¿No ha preguntado por el señor alcalde?... pues la respuesta esta en la solución...
Uno de los tenientes se acerca al general y le comenta.... "las gallinas".
¿Como?, responde el general.
Señor, Las gallinas saldrán antes porque el gallo ha de cuidar de todas ellas, "vuelve a comentar el teniente".
El General, se gira hacia el inventor del acertijo y comenta : "Dice mi teniente que las gallinas".
Juan, moviendo un palillo en la boca, suelta ..." mal van"
¿Como? preguntan los militares acercándose hacia Juan.

Digo que esa no es la solución, que son ustedes poco ingeniosos. ¿Dicen que vienen de una guerra y que la han ganado? ...
"los militares no se creen lo que están escuchando".
Juan prosigue.. Les voy a ayudar y así podrán encontrar lo que buscan...
Juan, se queda parado y vuelve a preguntar, ¿ustedes de caza nada de nada verdad?.
El general guarda la pistola y le increpa. ¡Vamos imbécil termina ya!, ¿quien sale el primero?.
Entonces se genera un silencio expectante entre toda la tropa, pendiente de la solución...
Ninguno, comenta Juan, moviendo el palillo de lado a lado de su boca. Entonces aparece un murmullo que se rompe con la voz del teniente mas joven.

¿Ninguno?, ¿te estas cachondeando?, ... juan sin mirar responde ¡Digo!. y con ello sigue comentando. El gallo no dejara salir de la habitación a ninguna de las gallinas hasta que éstas pongan al menos un huevo que deberán encubar una por una. Así que, el gallo, se pondrá en el hueco de salida y no se moverá. Solo saldrán cuando el paisano habra la puerta y las gallinas tengan espacio para escapar del dominio del gallo.

Y eso que significa... pregunta el general. Mandando a un pelotón a quitar la bandera.
¡Digo! suelta el palles por la boca y cuando va a seguir uno de los soldados le grita al general...Mi general no podemos acceder a la claraboya ¡está atorada!
Juan, sin levantarse, asiente, ¡ya le dije que era imposible quitar la bandera!.

¡Es que va a ser imposible hacer lo que se ordena!, gritó el general a sus tropas... Tiren el edificio si es necesario y tu cafre de mierda dime ahora mismo donde está el traidor del alcalde...¡vamos!
Juan, sereno, escupe el palillo y comenta "¡Digo!" y todo queda en silencio.

El General se da la vuelta levanta la cabeza mirando al cielo y a través de un movimiento de negación miran a sus tenientes y les dice: "no le doy un tiro a este tonto por lo tonto que es, así que ustedes se van a encargar de sonsacarle donde se encuentra el traidor del alcalde"...
¡Quiero esa información para dentro de diez minutos!
Y con paso firme se pierde entre la tropa lejos de la vista de Juan..

La voz fuerte de un teniente hace que juan se gire para escuchar... "Solo y por una vez te voy a hacer una pregunta, ¿has entendido?, juan, muy atento dice ¡Digo!.
¡Joder con el digo!, es que no le entiendo, le dice un teniente al otro ... "Vamos a ver, dice el teniente rascándose la cara con la pistola, ¿donde esta el traidor alcalde?".

Juan que no deja de mirar el cañón de la pistola del joven teniente le responde..."junto al gallo. Entonces el teniente, nervioso y sonriente, delante de toda la tropa le pone la pistola en la cabeza, la arma y se prepara para disparar... La tensión se inflaba como un globo descontrolado y nada hacia preveer que el destino fuera a quebrar la estupidez del teniente...

Entonces aparece el general y gritándole dice ¡Que asco de rojos! y que asco de inútiles ni bandera, ni alcalde, ni nada. Se dirige a los subordinados y gritando con voz seca, mas bien humillada les dice: " ¡atención!, ¡vamonos lejos de este pueblo de rojos tontos a los que no merece la pena ni disparar... bastante cruz pesa sobre ellos!

Así y de la misma manera que empezó, los militares fueron saliendo del pueblo. Aquellos que habían ganado la guerra, gerra que no llegó nunca a Muñogalindo, donde Juan Perniles, Alcalde del pueblo, mas conocido como Don digo , evitó, al tener escondidos en el interior del ayuntamiento a todo el pueblo, que la guerra hubiera seguido llenando de muertes la historia...

Cuando las gentes del pueblo salieron del ayuntamiento y le preguntaron a Juan que es lo que había sucedido, noblemente, moviendo el palillo de lado a lado de su boca respondió mirando al tejado... ¡Digo!...