Jhosua era virgen, por lo que deseaba que un día esta situación cambiara y en sus sueños de este paso de nivel, creaba situaciones en las que el perder el virgo fuera mas una aventura que un cambio.
No había momentos para conseguir acercarse a una chica por lo que desesperado optó por contárselo a uno de sus amigos del trabajo.
"¡Contra!, (acercándose a un joven estirado de pelos enrroscados como caracoles en fiesta), necesito que me ayudes"
"¿Que pasa Jhosua?"
"Necesito .................."
"(Contra sonreía) ¡Ya!, entiendo. Creo que por tu problema de, digamos acercamiento, por timidez, tengo la solución"
(Jhosua con ojos de plato) ¿de verdad?"
"¡si!, la tengo....."
"(Acercándose a Contra hasta el punto de echarse encima de él) ...¿y cual es?"
"(zafándose de él) ¡Te voy a llevar a un Puti ......"
Jhosua ignorante no tenía ni idea de que hablaba Contra, pero asintió con la cabeza y se fue a casa para ponerse algo de ropa mas de salir que de quedarse.
"¡Quedamos a las diez aquí! , le comentó Contra"
"De acuerdo, ¡aquí estaré sin falta!"
y cada uno marchó en la dirección contraria, uno a terminar de trabajar y el otro a cambiarse de ropa.
Llegaron las diez de la noche y en el lugar de la cita solo había un ocupante nervioso, con mas gomina en el pelo que el propio bote ...
Al fondo de la calle comenzó a divisarse una imagen de un individuo, acercándose hacia Jho momento en el que la ansiedad poblaba todas las células del cuerpo del que espera...
Un voz rompía la espera, ¡jhosua! (gritaba Contra acercándose). Y con ella se marcaba el final de los nervios y el principio de una tarde envuelta en sorpresas y mundos diferentes...
¡Vamos a coger el coche y nos vamos!, con esa frase Jho se echo a reir adelanto sus pies hacia la llegada de Contra y se dejo llevar en la dirección en la que estaba aparcado su automóvil.
Ya se marchan hacia las mil y una noche, local de alterne lleno de mujeres profesionales del sexo que buscan dar y recibir.
Dar y recibir es lo que Jho quería, no importa ni cuanto ni como ni donde solo importa que sea ahora, en secreto y rápido.
Su obsesión le iba cautivando, mermando la fe mas que nada. Sin pensamientos posteriores de asco, arrepentimiento y asombro iba como un misil en celo hacia su objetivo. Solo su corazón era el que pedía privacidad, antojos del destino Jho iba dispuesto a hacer el amor sin amar, corto de valor y largo de entusiasmo. Y Contra iba, ...como siempre.
Al llegar a la mansión sus ojos se salían de su cara intentando consumir todas las luces de neón que había instaladas sobre la fachada de la entrada, por lo que tropezó con un vigilante de cabeza rapada y dos metros y medio de espalda que se encontraba en la puerta de entrada.
Jho, asustado, comento ¡perdoon!, lamento el empujón, es que estaba despistado mirando todo esto, .....es mi primera vez.
El soldado rumano le miro y sin decir nada le sonrió sorprendido frente a tal pardillo primerizo, ...
Contra paso detrás llevándolo hacia la entrada al interior dándole una lección de eficacia o de sabiduría, mostrandole la puerta por la que debían de entrar...
Y eso hicieron....
Al pasar, un hervidero de personajes rodeaban la barra del lugar, y como olas de mar, mujeres de diversa condición y físico se acercaban a los dos adolescentes con un cigarro en la mano y una sonrisa en los labios...
¡Guapo, quieres compañía?, ¡Guapos los dos con una?, Guapos teneis ganas de ...?, un polvo celestial, guapo?, ...
Como si fueran personajes famosos las profesionales acechaban sin dar tregua a los dos jovenes frente a la barra del bar...
Contra se dirige a Jho y le dice..."¿Te decides o es pronto?" a lo que le responde Jho "¡Coño!",mi padre..., Contra le pregunta "¿Que?, ¡no te entiendo!"
Jho..."¡Que he visto a mi padre!"...
Jho, sorprendido, !que digo¡, asustado, desdibujado, perdido acojonado, miraba para todos los lugares del interior de la casa de las hemeretrices. Quería encontrar de nuevo la figura relativa de su padre. Visión inoportuna para un comienzo y un final...
Todos los momentos calurosos, las hemeretrices fascinantes, las pócimas que enferman y los minutos de confusión entre el humo de infinitos cigarrillos se difuminaron por los resquicios de la sorpresa y gracias a la figura del padre de jho...
Solo quedó entre bastidores las ultimas palabras de jho huyendo del lugar para no ser sorprendido..."¡Que cojones hace mi padre aquí!"...
No había momentos para conseguir acercarse a una chica por lo que desesperado optó por contárselo a uno de sus amigos del trabajo.
"¡Contra!, (acercándose a un joven estirado de pelos enrroscados como caracoles en fiesta), necesito que me ayudes"
"¿Que pasa Jhosua?"
"Necesito .................."
"(Contra sonreía) ¡Ya!, entiendo. Creo que por tu problema de, digamos acercamiento, por timidez, tengo la solución"
(Jhosua con ojos de plato) ¿de verdad?"
"¡si!, la tengo....."
"(Acercándose a Contra hasta el punto de echarse encima de él) ...¿y cual es?"
"(zafándose de él) ¡Te voy a llevar a un Puti ......"
Jhosua ignorante no tenía ni idea de que hablaba Contra, pero asintió con la cabeza y se fue a casa para ponerse algo de ropa mas de salir que de quedarse.
"¡Quedamos a las diez aquí! , le comentó Contra"
"De acuerdo, ¡aquí estaré sin falta!"
y cada uno marchó en la dirección contraria, uno a terminar de trabajar y el otro a cambiarse de ropa.
Llegaron las diez de la noche y en el lugar de la cita solo había un ocupante nervioso, con mas gomina en el pelo que el propio bote ...
Al fondo de la calle comenzó a divisarse una imagen de un individuo, acercándose hacia Jho momento en el que la ansiedad poblaba todas las células del cuerpo del que espera...
Un voz rompía la espera, ¡jhosua! (gritaba Contra acercándose). Y con ella se marcaba el final de los nervios y el principio de una tarde envuelta en sorpresas y mundos diferentes...
¡Vamos a coger el coche y nos vamos!, con esa frase Jho se echo a reir adelanto sus pies hacia la llegada de Contra y se dejo llevar en la dirección en la que estaba aparcado su automóvil.
Ya se marchan hacia las mil y una noche, local de alterne lleno de mujeres profesionales del sexo que buscan dar y recibir.
Dar y recibir es lo que Jho quería, no importa ni cuanto ni como ni donde solo importa que sea ahora, en secreto y rápido.
Su obsesión le iba cautivando, mermando la fe mas que nada. Sin pensamientos posteriores de asco, arrepentimiento y asombro iba como un misil en celo hacia su objetivo. Solo su corazón era el que pedía privacidad, antojos del destino Jho iba dispuesto a hacer el amor sin amar, corto de valor y largo de entusiasmo. Y Contra iba, ...como siempre.
Al llegar a la mansión sus ojos se salían de su cara intentando consumir todas las luces de neón que había instaladas sobre la fachada de la entrada, por lo que tropezó con un vigilante de cabeza rapada y dos metros y medio de espalda que se encontraba en la puerta de entrada.
Jho, asustado, comento ¡perdoon!, lamento el empujón, es que estaba despistado mirando todo esto, .....es mi primera vez.
El soldado rumano le miro y sin decir nada le sonrió sorprendido frente a tal pardillo primerizo, ...
Contra paso detrás llevándolo hacia la entrada al interior dándole una lección de eficacia o de sabiduría, mostrandole la puerta por la que debían de entrar...
Y eso hicieron....
Al pasar, un hervidero de personajes rodeaban la barra del lugar, y como olas de mar, mujeres de diversa condición y físico se acercaban a los dos adolescentes con un cigarro en la mano y una sonrisa en los labios...
¡Guapo, quieres compañía?, ¡Guapos los dos con una?, Guapos teneis ganas de ...?, un polvo celestial, guapo?, ...
Como si fueran personajes famosos las profesionales acechaban sin dar tregua a los dos jovenes frente a la barra del bar...
Contra se dirige a Jho y le dice..."¿Te decides o es pronto?" a lo que le responde Jho "¡Coño!",mi padre..., Contra le pregunta "¿Que?, ¡no te entiendo!"
Jho..."¡Que he visto a mi padre!"...
Jho, sorprendido, !que digo¡, asustado, desdibujado, perdido acojonado, miraba para todos los lugares del interior de la casa de las hemeretrices. Quería encontrar de nuevo la figura relativa de su padre. Visión inoportuna para un comienzo y un final...
Todos los momentos calurosos, las hemeretrices fascinantes, las pócimas que enferman y los minutos de confusión entre el humo de infinitos cigarrillos se difuminaron por los resquicios de la sorpresa y gracias a la figura del padre de jho...
Solo quedó entre bastidores las ultimas palabras de jho huyendo del lugar para no ser sorprendido..."¡Que cojones hace mi padre aquí!"...
2 comentarios:
Hola, me a gustado muxo tu relato, tienes gracia en lo k escribes,te acabo de descubrir y te seguiré leyendo, adelante amigo
Saciados de palabras acudimos a ti en la busqueda de las verdades, porque las expones de forma que podemos comprender cualquier cosa.
Gracias cielo.
Besos Manino.
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